El cuerpo es inteligente

¿No lo crees?

Se dice que el cuerpo humano está compuesto por aproximadamente 75 billones de células, y en este momento, apenas somos conscientes de una mínima parte de ellas. ¿Sabes dónde están los riñones o el hígado? ¿Sabes para qué sirve el hígado?

El hígado juega un papel crucial en la desintoxicación y el metabolismo, procesando diferentes sustancias según lo que consumimos. Las enzimas necesarias para metabolizar una bebida alcohólica no son las mismas que necesitamos para digerir una ensalada. ¡Eso es inteligencia! Hay muchas diferencias entre estar dormido y estar despierto, pero el cuerpo sigue trabajando incesantemente. Si nos asustamos, nuestro sistema nervioso simpático se activa automáticamente. Muchos procesos internos se ponen en marcha sin que tengamos que hacer nada.

Cuando aprendemos un idioma nuevo, nuestro cerebro forma nuevas conexiones que permanecen allí, permitiéndonos entenderlo incluso años después. Lo mismo ocurre cuando aprendemos a tocar el violoncello, a patinar o a conducir una moto.

¡Eso es inteligencia! No se trata de intelecto, sino de la capacidad innata del cuerpo para saber qué hacer. La mayoría de las veces esto sucede de manera automática.

¿Por qué olvidamos esto cuando una parte de nuestro cuerpo no funciona bien?

¿Por qué nos enfocamos sólo en la parte que falla, ignorando que la gran mayoría sigue funcionando perfectamente?

¿Y si mostramos un poco más de gratitud hacia nuestro cuerpo?

Estoy seguro de que agradecería un poco más de cuidado.

¿No te tranquiliza saber que nuestro cuerpo sabe lo que hace y que lo mejor que podemos hacer es proporcionarle lo que necesita?