Cómo afectan los diferentes tipos de estrés en tu columna vertebral

¡Hola!

En nuestra vida diaria estamos expuestos a una gran cantidad de situaciones que, sin darnos cuenta, pueden afectar la salud de nuestra columna vertebral. Muchas veces, estos factores de estrés sacan a nuestro cuerpo de su equilibrio natural, o lo que los expertos en salud llaman homeostasis. Cuando esto sucede, nuestro sistema nervioso, que controla y coordina todas las funciones del cuerpo, puede verse afectado. Y es aquí donde las subluxaciones vertebrales entran en juego.

Las subluxaciones son pequeños desajustes en las vértebras de nuestra columna que pueden interrumpir la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. Estos desajustes pueden tener su origen en tres grandes tipos de estrés: físico, químico y emocional. Hoy hablaremos de cada uno de ellos y cómo pueden afectar a tu salud.

 

ESTRÉS FÍSICO: EL CUERPO BAJO PRESIÓN

El estrés físico es quizá el tipo más fácil de identificar, ya que muchas veces lo sentimos de inmediato. Se refiere a cualquier carga o presión que ponemos sobre nuestro cuerpo que lo empuja fuera de su alineación natural. Algunos ejemplos de estrés físico son:

  • Postura inadecuada: Pasar horas encorvado frente al ordenador o mirando el teléfono puede crear tensión en el cuello y la espalda.
  • Accidentes o caídas: Desde un accidente automovilístico hasta una caída en casa pueden causar desplazamientos en las vértebras.
  • Movimientos repetitivos: Trabajar levantando peso, agacharse continuamente o realizar actividades repetitivas, como cargar bolsas pesadas, puede causar desajustes.
  • Deportes o actividad física intensa: Aunque el ejercicio es beneficioso, si se practica sin la técnica adecuada o sin el calentamiento necesario, puede generar lesiones en la columna.

El estrés físico se acumula con el tiempo y, si no se trata, puede dar lugar a subluxaciones que afectarán el correcto funcionamiento de tu sistema nervioso.

 

ESTRÉS QUÍMICO: LO QUE ENTRA EN TU CUERPO CUENTA

Este tipo de estrés tiene que ver con lo que consumes o a lo que estás expuesto, ya sea a través de la comida, el aire o productos que usas en tu vida diaria. Las toxinas químicas y los desequilibrios en nuestra dieta también pueden alterar la forma en que nuestro cuerpo funciona. Algunos ejemplos de estrés químico son:

  • Alimentos procesados y poco saludables: Una dieta rica en azúcares, grasas trans y productos químicos afecta a tu cuerpo, provocando inflamación y mal funcionamiento del sistema nervioso.
  • Exposición a toxinas: El aire contaminado, productos de limpieza tóxicos o incluso algunos productos cosméticos contienen químicos que alteran el equilibrio de nuestro organismo.
  • Medicamentos: Si bien algunos medicamentos son necesarios, otros pueden tener efectos secundarios que alteran el funcionamiento normal del cuerpo y crean desequilibrios.
  • Deshidratación: No beber suficiente agua puede tener un impacto negativo en los discos intervertebrales, haciendo que pierdan flexibilidad y aumentando la posibilidad de subluxaciones.

 

ESTRÉS EMOCIONAL: EL PODER DE LA MENTE

El estrés emocional es, sin duda, uno de los más comunes y también uno de los más subestimados. Aunque no siempre lo veamos de forma física, la tensión mental y emocional tiene un efecto directo en el cuerpo. El estrés mental crónico puede generar tensiones musculares que afecten la alineación de la columna. Algunos ejemplos de estrés emocional son:

  • Presiones en el trabajo: Los plazos ajustados, la sobrecarga de trabajo o la incertidumbre laboral pueden crear tensiones que afectan tu postura y el funcionamiento general de tu cuerpo.
  • Problemas familiares o de pareja: Los conflictos emocionales suelen manifestarse en el cuerpo, con dolores de cabeza, rigidez en el cuello y hombros tensos.
  • Ansiedad y preocupación constante: Cuando nos sentimos ansiosos o preocupados, nuestro cuerpo tiende a adoptar posturas tensas, lo que genera tensión en la columna.
  • Falta de sueño: El estrés emocional a menudo viene acompañado de una mala calidad de sueño, lo que no permite que el cuerpo se recupere adecuadamente.

 

¿Cómo te afecta todo esto?

El cuerpo está diseñado para manejar pequeñas cantidades de estrés, pero cuando el estrés físico, químico y emocional se acumula, es más fácil que nuestro cuerpo salga de equilibrio y ocurran las subluxaciones. Estas desalineaciones vertebrales pueden afectar el correcto funcionamiento del sistema nervioso, lo que impacta en la salud general.

 

¿Cómo puede ayudar la quiropráctica?

La quiropráctica se centra en detectar y corregir estas subluxaciones, ayudando a restaurar la alineación de la columna y permitir que tu sistema nervioso funcione de manera óptima. Al abordar los tres tipos de estrés, no solo se corrige el problema, sino que también se trabaja en prevenir futuros desajustes.

Tu columna vertebral juega un papel fundamental en tu salud, y el cuidado quiropráctico puede ser una herramienta clave para mantener el equilibrio de tu cuerpo, sin importar el tipo de estrés al que estés expuesto.

 

Con mucho cariño,

David Arasa

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