La forma más saludable de terminar el día
Hace un par de semanas hablamos de cómo empezar el día, pues en el blog de hoy vamos a hablar de consejos para terminar el día de la forma más saludable.
Aunque no siempre lo pensamos, nuestras noches tienen un impacto directo en cómo descansamos y, por ende, en cómo empezamos el día siguiente. Establecer una rutina nocturna saludable es clave para reducir el estrés, mejorar el sueño y garantizar que te despiertes renovado y lleno de energía.
A continuación, te comparto algunos consejos respaldados por la ciencia para cerrar el día de la mejor manera posible.
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Desconecta del trabajo y establece límites claros
Una de las mejores maneras de garantizar un descanso reparador es dejar el trabajo a un lado al final de la jornada. Establece una hora límite para terminar con tus responsabilidades y respétala. Esto permite que tu mente desconecte y comience a relajarse.
Consejo: Si trabajas desde casa, dedica 5 minutos a organizar tu espacio de trabajo antes de cerrar el día. Esto simboliza el final de la jornada y prepara el ambiente para el día siguiente.
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Cena ligero y con suficiente tiempo antes de dormir
La cena puede influir significativamente en la calidad de tu sueño. Opta por comidas ligeras, fáciles de digerir y evita los alimentos muy grasos o picantes. También es importante cenar al menos dos horas antes de irte a la cama, para que tu cuerpo no esté ocupado haciendo la digestión mientras intentas dormir.
Opciones ideales para la cena:
- Pescado a la plancha con verduras.
- Una sopa ligera.
- Una ensalada con proteínas magras.
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Desconecta de las pantallas para cuidar tu ritmo circadiano
La luz azul de los dispositivos electrónicos puede alterar tu producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Por eso, intenta desconectar de móviles, ordenadores y televisores al menos 30-60 minutos antes de acostarte.
Alternativas relajantes:
- Leer un libro físico.
- Escuchar música tranquila.
- Hacer un crucigrama o colorear.
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Relaja tu cuerpo con una rutina de estiramientos o un baño caliente
Después de un día largo, tu cuerpo agradece un momento para relajarse. Hacer estiramientos suaves o practicar yoga restaurativo ayuda a liberar la tensión acumulada en los músculos y a calmar la mente.
Otra opción es tomar un baño caliente o una ducha relajante. El agua caliente no solo relaja los músculos, sino que también puede ayudarte a conciliar el sueño más rápido.
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Reflexiona sobre tu día con gratitud o journaling
Dedica unos minutos antes de dormir a reflexionar sobre tu día. Puedes escribir en un diario tres cosas por las que te sientes agradecido, anotar tus logros o simplemente liberar pensamientos que tengas en la mente.
Este hábito, además de ayudarte a cerrar el día de manera positiva, reduce el estrés y mejora tu bienestar emocional.
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Prepara el ambiente ideal para dormir
Tu dormitorio debe ser un santuario para el descanso. Asegúrate de que el ambiente sea oscuro, fresco y silencioso. Invierte en un buen colchón y almohada, y elimina cualquier distracción, como relojes con luces o dispositivos electrónicos.
Consejo: Usa cortinas opacas y, si el ruido es un problema, considera usar tapones para los oídos.
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Crea un ritual nocturno constante
La consistencia es clave para entrenar a tu cuerpo y mente a prepararse para el descanso. Establece una rutina que repitas cada noche, como cepillarte los dientes, leer un poco y apagar las luces siempre a la misma hora.
Los rituales nocturnos envían señales a tu cerebro de que es hora de relajarse y dormir, mejorando la calidad de tu descanso. Incorporar estos hábitos nocturnos no solo te ayudará a descansar mejor, sino que también impactará positivamente en tu energía, productividad, bienestar general y prepararte para un nuevo día.
¡Ya me contaras que rutina nocturna has creado! Estoy seguro que voy a aprender y incorporar algunas cositas de vosotros ☺
Con mucho cariño,
David Arasa.
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