Poema para mi iaio
Hace ya un tiempo leí por primera vez un texto que me gustó mucho, porque refleja a la perfección mi manera de ver la vida y la muerte. La semana pasada, en el entierro de mi abuelo, decidí leerlo para recordarme a mí mismo que mi iaio no se había ido, sino que simplemente lo había perdido de vista. Sin embargo, siempre estará con nosotros cuando más lo necesitemos.
«Estoy de pie, a la orilla del mar.
A mi lado, una lancha abre sus velas
a la brisa matutina y parte hacia el gran océano.
Esa lancha es un conjunto de hermosura y fortaleza.
Me quedo observándola por algún tiempo
hasta que al final parece ser tan solo
un punto blanco que se confunde con las nubes,
allá donde el mar y el cielo se encuentran.
Entonces, alguien se me acerca y dice «ya se fue»
Y yo respondo:»
No se fue, lo perdimos de vista, eso es todo.
Pero sigue siendo hermosa y fuerte,
como era cuando estaba a nuestro lado.
Su tamaño disminuido está, pero solo ante nuestros ojos».
Y en el preciso momento en que alguien me dice:
«Ya se fue», hay muchos ojos más allá
que lo ven llegar y muchas voces
que jubilosamente exclaman:
«¡Ya llegó!»
A ese instante, lo llamamos:
MORIR»
Sigue iluminando allí por donde pases, iaio. ¡Te quiero mucho!
Con mucho cariño,
David Arasa
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