¡Qué calor que tengo!

Este año se ha hecho esperar, pero finalmente ha llegado y parece que va a quedarse un buen rato: hablamos del temido CALOR.

¿Lo echabais de menos? La humedad constante, esa sensación pegajosa en la piel, noches de sueño ligero, y la falta de apetito… El calor tiene muchos efectos en nuestro cuerpo, la mayoría no muy agradables. Por eso, en esta época del año, es esencial estar alerta y tomar medidas para mitigar sus efectos.

La primera ola de calor ya está aquí y con ella, llegan también los temidos golpes de calor. Pero, ¿sabes realmente qué son y cómo afectan a nuestro cuerpo?

Un golpe de calor ocurre cuando nuestro cuerpo no puede regular su temperatura, llegando a alcanzar temperaturas corporales superiores a los 40ºC durante un período prolongado. ¡Esto es gravísimo! Piensa en la última vez que tuviste fiebre y alcanzaste los 38ºC, te sentías agotado y solo querías descansar. Ahora, imagina cómo debe sentirse tu cuerpo al superar los 40ºC…

¿Qué se siente durante un golpe de calor?

Para poder actuar rápidamente en caso de presenciar un golpe de calor, es importante conocer primero los síntomas:

  • Piel roja y seca: A pesar del calor extremo, la piel no suda. Se siente caliente al tacto y adopta un tono rojizo.
  • Dolores de cabeza intensos: La insolación puede causar dolores de cabeza severos y prolongados, dificultando el pensamiento claro y provocando confusión mental.
  • Malestar estomacal: Se pueden presentar náuseas, mareos y en algunos casos, vómitos.
  • Palpitaciones: El corazón late con fuerza y rapidez, ya que el cuerpo demanda más sangre para intentar manejar la situación.
  • Desmayos: En casos extremos, la persona puede llegar a desmayarse debido a la incapacidad del cuerpo para manejar el calor.

Beber agua: La clave para sobrevivir al verano

Con el calor, es fundamental que no llegues a estar deshidratado. Nuestro cuerpo pierde una gran cantidad de agua y electrolitos a través del sudor, y si no los reponemos, podemos deshidratarnos bastante rápidamente. Aquí te dejo algunos consejos para mantener una buena hidratación:

  • Bebe agua con regularidad: ¡No esperes a tener sed para beber agua! Ten siempre una botella de agua a mano y toma pequeños sorbos a lo largo del día.
  • Come frutas y verduras: Los alimentos como la sandía, el melón, el pepino o las fresas son opciones geniales porque contienen un alto porcentaje de agua.
  • Evita las bebidas alcohólicas y cafeinadas: Pueden deshidratarte todavía más. En vez de eso, mira de beber agua, zumos naturales o infusiones frías.
  • Refresca tu cuerpo: Hacerse una ducha fría o aplicar paños húmedos sobre tu piel puede ayudarte a bajar la temperatura corporal.

En estos días de verano, mantenerte hidratado te ayudará a sentirte mejor y cuidará de tu salud. Así que, ¡no olvides tu botella de agua y disfruta del verano de manera segura!

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