Sensaciones después de un primer ajuste quiropráctico

A medida que van pasando mis años como Quiropráctico, me voy dando cuenta de patrones o situaciones que se van repitiendo al largo de todos estos años en la consulta. Últimamente me he estado preguntando por qué los cuerpos de las personas que venían a la consulta reaccionaban de forma completamente distinta al principio del cuidado quiropráctico.

Cuando las personas reciben por primera vez en su vida  ajustes quiroprácticos, es común que experimenten una variedad de sensaciones que pueden ser al principio un poco desconcertantes. Éstas pueden incluir mareos, una sensación repentina de energía, cansancio, sed, sensación de estar flotando, y hasta molestias o dolores en áreas específicas del cuerpo. ¿Por qué sucede esto? Vamos a hablar un poco más sobre ello. 

Primero, es importante entender que un ajuste quiropráctico busca alinear correctamente las vértebras de tu columna vertebral y liberar la tensión en los nervios. Al hacerlo, puede afectar al sistema nervioso, especialmente al nervio vago, que tiene un rol crucial en la regulación del equilibrio y la función cardiovascular. Esto puede provocar mareos o una sensación de estar flotando porque tu cuerpo está adaptándose a estos cambios.

A veces, después de un ajuste, podrías sentir un aumento repentino de energía. Esto sucede porque la liberación de la compresión en los nervios mejora la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo, haciendo que todo funcione mejor y, por lo tanto, te sientas más energético.

Por otro lado, es normal sentirse cansado y tener mucha sed después de un ajuste. Esto se debe a que el cuerpo está movilizando toxinas acumuladas en los tejidos, y este proceso de desintoxicación requiere energía adicional. La sed es una señal de que tu cuerpo necesita agua para ayudar a eliminar esas toxinas.

Incluso también puedes sentir molestias o dolores en algunas zonas. Los ajustes pueden activar partes de tu cuerpo que han estado inactivas o desalineadas durante mucho tiempo. Esta activación puede causar una respuesta inflamatoria temporal mientras tu cuerpo se adapta a su nueva alineación. Es como cuando empiezas a hacer ejercicio después de mucho tiempo sin actividad: tus músculos se sienten doloridos porque están trabajando y adaptándose.

 

Para entender mejor esto, pensemos en cómo es empezar a ir al gimnasio. Cuando comienzas una rutina de ejercicios, tus músculos pueden sentirse doloridos y fatigados debido al esfuerzo y a la ruptura de fibras musculares que permite el crecimiento de nuevas fibras más fuertes. Este proceso, aunque incómodo al principio, es esencial para desarrollar y fortalecer tus músculos.

De manera similar, los ajustes quiroprácticos pueden causar sensaciones incómodas al principio porque tu cuerpo está liberando tensiones acumuladas y comenzando un proceso de realineación y curación. Estas molestias iniciales no son un signo de daño, sino una parte natural del camino hacia una mejor salud. Con tiempo, esfuerzo y hábitos de vida saludables, estos ajustes pueden llevarte a sentirte mucho mejor a largo plazo.

Al igual que el ejercicio regular transforma tu condición física, el cuidado quiropráctico continuo puede traer muchos beneficios: mejor postura, menos dolor, mayor movilidad, y un mejor funcionamiento general del sistema nervioso. Esto se traduce en menos estrés, mejor coordinación y una sensación general de bienestar.

Espero que os haya ayudado a entender un poquito mejor por qué no todas las personas reaccionamos igual a los ajustes. Cada cuerpo puede necesitar cosas distintas, pero siempre con el objetivo de buscar la máxima expresión del cuerpo humano. 

Con mucho cariño,

David Arasa

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